domingo, 19 de diciembre de 2010

El Mal Mundo














-So a vampire can cry.
-Once, maybe twice in his own eternity.


http://www.goear.com/listen/86c7b81/adagio-for-strings-samuel-barber

Quienes viven en la feliz normalidad suelen considerar que el Mal Mundo es todo sombra y frialdad.
Y a las ciudades de la noche, y a la gente que se degrada dentro de sus muros, de la vida del exceso, que es la vía de la calamidad.
No sabría yo defender al Mal Mundo que a veces, en efecto, es turbio, y se puede llenar de sordidez, y saber crecer como ceniza en lo violento. Pero debo decir que quienes desconocen el Mal Mundo no sólo ignoran su oscuridad, sino también su extraña luz lunar y gótica, o, si pudiera decirlo así, su portentosa luz galáctica, fría en apariencia, hermosamente violeta, con la extrañeza del hielo y el temblor de la pureza, la limpidez de lo muy puro. El Mal Mundo es una rara catacumba poética. No es el reino de los padres, o los novios, que se adentran en la noche cada fin de semana. No lo es. Es un reino aparte. Una cosa salvaje. Un Mal Lugar, un Mal País.