martes, 10 de septiembre de 2013

Sol y Edad IV


No hay forma ni fondo en la tristeza.
Es un mar sin orillas.
Un páramo infinito de agua que apenas se agita.

sábado, 2 de febrero de 2013

Isis desvelada



Encontré algunos susurros que se habían perdido. Corría el viento. Sí, alguna vez corrió el viento. Era el sur un camino nocturno y todo lo demás se tapaba la boca para no cantar una sinfonía desolada. Fueguito de tacho, sabés. Como alma que lleva el diablo. Y ya no quise verlos nunca más, ni a mis hermanos ni a los otros. Me hice la idea de diluírme en el frío para siempre. Sobornar a mi cuerpo. Volver al polvo y que todos mis relojes sean de arena. A veces lo sé todo, a veces me dejo acariciar por cualquier destino triste. A veces alguien aparece y se encandila: soy una estrella, a veces.
La luna cabía en un charco. La noche. El pueblo y el barro. Dije la noche y casi se quiebra. Dije amor. Dije piedad. Hice escuela. Abril es mañana, hijo del ayuno. La luna es mi culpa. Hedionda y llorosa. El nombre de la luna. Dije el nombre de la luna. Esa blanca eternidad, sabés? Casi, casi se quiebra para tus ojos de estación. Antes estuve en el río, con los profetas. Algunos ungían a los niños, futuros directores de asilos de locos. Ahora estoy con vos, salgamos a la calle. Caminemos hasta el bar con los ojos en el empedrado. Sigamos quebrando la luna. Después pasemos los años recolectando pedacitos. Ellos, que brillan sobre el empedrado. Y vos, y yo, nuestras manos, las esquirlas. Sangremos un poco y después llevémoslas al bar, sí? Quince esquirlas de luna por una botella de anís. Y después tu habitación. Fumemos en silencio. El crepitar de tus ojos en la oscuridad, un curioso fuego azulino. Ese autismo de los ángeles, ese sexo de los ángeles, apenas esbozado. No deberíamos los dos aprender, juntos, a escribir cartas de amor a la nada?

jueves, 8 de marzo de 2012

Epílogo














  

Hola. Soy un artista. Antes era otro artista. El otro artista que era antes componía y escribía con cierta destreza que el artista que soy actualmente suele sugerir como mediocre. El Anterior gozaba de la aceptación del respetable público y de la de sí mismo. El Presente de ninguna de ambas. Cava erráticamente y suele ir tan profundo que llega a encontrar fuego a menudo. Demasiado fuego como para sentirse cómodo consigo mismo y -por supuesto- para que los demás se acomoden cómodamente en sus butacas a relajarse y disfrutar sin miedo a ser interpelados en sus nervios pelados. Es demasiado tarde para ser adorable. Demasiado tarde para ver amanecer en la ruta. La radicalización comprará soledad (unicicidad) inexorablemente y ya no se vuelve a atender a aquella cosa adorable. Desde mi blanca Roland TR-505 van aplomándome los beats opacos e imposibles que elijo para hacer ardua mi nueva música, que sonará mal hecha para mis former consumers. Mal arreglada, rota y descosida. A mi favor diré que mis intentos me resultan inexpugnables a mí también. Consecuencias de haber implosionado y ostentar radicales libres por doquier. Donde haya terminales nerviosas, sentir placer o dolor será una cuestión de variar la cantidad de fuerza aplicada. La sensibilidad es lo que me obliga a deconstruírme, ya siento los impactos y las emociones -cada una un paradigma- que caldean nuevas estrellas, planetas y cangrejos en el joven universo sólo para viajar en el sonido del adiós.

domingo, 26 de febrero de 2012

Sol y Edad III



















Un sueño es una brújula sobre el mapa de los mares del cielo.

Fue en los puertos donde los antiguos marineros portugueses inventaron la palabra "saudade".

Sentimiento de luna creciente, "la distancia entre los buques que parten y el puerto".

Lo siente quien se queda.

Soñé con puertos de mar abandonados, y con sus playas de arenas como azúcar gris, al menos cada vez que recuerdo haber soñado.

Tal vez nunca zarpé.


domingo, 5 de febrero de 2012

Sunflower













Palabras como lúpulo, espora, germen de trigo, valiente, aún tu nombre, siesta, mar del plata, marrón, hiperquinesis. Cosas que están lejos. El lúpulo de mis sueños burbujea como cerveza caliente, pero nunca revienta. Aprendí a saludar con un beso a los once años. Aprendí a escuchar perfumes, a ausentarme en mi presencia. Pensé que así estaría más cerca de vivir al ritmo del verdadero tiempo. Volví asincrónico mi corazón porque en las brechas resultantes encuentro el germen de trigo y la siesta, y el perfume de voz calma que me dice “valiente!” sonriendo. A las hamacas de las brechas les da igual si sé contar hasta doce en alemán o si el 60 tarda una hora y cuarto en ir desde Las Heras y Salguero hasta Maipú y Anchorena. 

Tendría que hablar sobre las noches de lluvia, pero no las recuerdo bien. Seguramente en ellas me haya preguntado si mi pensamiento también se estaría mojando como la calle y el vidrio. ¿Una noche con lluvia hubiese salvado a Juana de Arco? ¿En esas noches se llenan las brechas con agua de mar? Y con la luz de la mañana, ¿habrás –perfume de voz calma- vuelto a creer en los girasoles y serás madre otra vez? Palabras como espora, aún tu nombre, mar del plata, marrón, hiperquinesis. Tus hijas. ¿Tendrán su oportunidad?

martes, 24 de enero de 2012

Starcaster













Che, pibe:

Yo sí escribo canciones y me mutilo.
El clítoris, me mutilo.
La glándula de la basura.
Hardcore Kindheitserinnerung.
De comerte tu miseria tus pulmones se acostumbran a respirar con dificultad -eso que los maricones llaman angustia- y te va dejando de importar que nadie te conozca en profundidad.
La única profundidad es la proyectada fuera del juego del amor y hambreada por el mismo juego.
Porque lo que parece real es un juego y lo que se presume personaje es lo más real, lo único que tiene peso y que es necesario desenvolver como una lenta coreografía hacia el final de la vida, hacia la vejez.
Lo que tiene peso no lo ve tu familia, no lo ve tu novia, no lo ve ningún amigo.
Lo ven los extraños.

Por eso, salvate de ese amor.
Tajeate ese amor.
"Y llevarás tu orgullosa navaja lustrada como zapatos de baile."

Cambio y fuera.

Ale.

"There has to be a need. It should be a need to expel or to exorcise something rather than the need to perform in front of people."

Beauty always comes with dark thoughts.

martes, 18 de octubre de 2011

Sol y Edad II


 ilustración: "Julia dream", por Anita Inverarity.

¿Podrías hallarme entre el tiempo? Todo lo que acaba se vuelve insoportable.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Hana-Bi

Creo que estoy mintiéndome a mí mismo. Lo pienso mientras estudio y también pienso que en lo único que puedo pensar son en canciones, acordes, arreglos, grabar, tocar, viajar, llegar al fondo de mi espíritu y así unirme en el espíritu colectivo de cada chico o chica, triste o alegre, que está en una habitación con un par de auriculares, un libro, una carta de amor o desamor, un miedo o una certeza y que son tan de éste tiempo, de éste Geist, de éste mundo Buenos Aires - Argentina - Tierra de Nunca Jamás, con sus rabias callejeras de amor, con las soledades y los mil intentos y un invento, con el dolor de ser o el dolor de ya no ser, o como escribió Buk "tantas de mis criaturas compañeras", todos a quienes entiendo y me entienden, y todos a quienes no puedo ni ver, ni me ven, pero el mundo al fin es sólo un conjunto de miles de vidas y la mía pugna por ser mundo y más que mundo, ser espíritu que cambie un mundo cualquiera, una vida cualquiera, que defienda o destruya un estado de ánimo, y conjuge el poder estético para aunar un mito que en tanto símbolo tenga alma, eternidad, y que la tenga aún incendiando apenas dos segundos del tiempo de cualquiera, del mío, de las migajas de lo que fue un corazón y ahora es sangre en la pared de un call center. ¿Para quién canto yo entonces? Para los que al leer ésto se miraron el ombligo y después aspiraron una seca mirando la ventana a la ciudad y siguieron estando como están, pero con alguna flor de fuego ciñendo lo más abstracto que tengan por corazón.
y que siga la melodía... 

lunes, 26 de septiembre de 2011

Chenault




















Las canciones están mal. Las canciones son mentira. Yo cociné a mis fantasmas y el tesoro está a punto caramelo. Lo que bombea. Lo que piensa. Y los años, los años. Soy el detractor de miradas. Por eso me encierro y dejo que el mundo me escriba la espalda con las manos de mi mujer subterránea. A cielo abierto soy mentira. No amo lo que amo, no pienso lo que pienso, no recuerdo lo que no olvido. A todas luces un fiasco. Y así los tontos (y las tontas) me regalan su tierra. Y en ella crece mi flor de lis, retoño imperial.
No he vuelto de mi pequeña vida para contarte qué sabor tiene la tierra húmeda. No he nacido a la lágrima ni a las acuarelas en la lluvia. Estoy reventando paredes como puedo: las veo temblar en silencio. Silencio lleno y silencio vacío. A mi me arroban los silencios llenos de ecos. Como si los planetas, las piedras, los hechos, todo, suspiraran ahogadamente. El universo es entonces como el cadáver de dios. Es el cuerpo de un dios ausente, o un dios dormido que está pensando en otra cosa (libélulas, drogas, manzanos, en la diosa que lo abandonó a su suerte) y que probablemente sufra, también, y sufra a partir de sus más ínfimas células: nosotros, vos y yo, cualquier migaja. Lo que es seguro es que el dolor concreto no se calma con abstracciones. Pero, si sigo amplificando los ecos (como un espejo humeante) y si las paredes se vuelven más amarillas, y si caen, y caen con ellas los otoños, todos juntos… puede que alguien se despierte y me cuente que soñó conmigo al final de su larga, larguísima, siesta milenaria.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Sol y Edad




  















La solitaria contemplación armoniosa y melancólica del mundo es el destino y el camino inevitable, necesario (y amado) del hombre libre.

lunes, 22 de agosto de 2011

Ceremonia













Remo Erdosain y El Astrólogo.

Alejandra siempre en llamas y Fernando Vidal Olmos.

Lux Lisbon y Holden Caulfield.

Rodion Raskolnikov y Dorian Grey.

Los veo a todos cuando limpio de sangre el espejo. Voceros del universo hecho de plastilina eléctrica que llevo en las tripas. Músicos de una orquesta que interpreta el adagio para cuerdas de Barber en una orgía, con la violenta delicadeza que tiene el amor cuando chorrea de odio, obligándome a morderme los labios en esa sensualidad desbocada que enlaza como amantes a mi cuerpo con mi espíritu. Y es así que beso el cristal pronunciando tu nombre que también es sangre en mi boca.

El centro de tu alma ya está sobre las ruinas de la mía.

Uno de estos días voy a ser viejo y tendré que elegir de qué lado de ese espejo recostarme a morir. Quisiera estar donde ellos estén. Que la muerte contenga menos que el estigma de los que VEN: elegir verdad. Entre verdad y amor, elegir verdad. Entre verdad y vida, elegir verdad. ¿No eligieron verdad Remo, el Astrólogo, Alejandra, Fernando, Lux, Holden, Rodia, Dorian? ¿No son ellos más reales que cualquier efímera contorsión de la muerte?

martes, 1 de marzo de 2011

Un eterno y grácil bucle


















No creo saber elegir entre vida y azufre. Tecleando sin gritar. Armando una muerte. El silencio entre los trastos de una casa dejada atrás. Chau a las dimensiones. Esta vez no hay amuleto, no hay ámbar, no hay dorados ni hilos de sangre, ni seres humanos: nadie pulula por aquí, sólo yo con mil bocas cosidas a mano, cada una con una única y práctica abertura que dejé así para fumar los mil cigarrillos que fumo y meterme todo adentro, bien adentro, y violarme una y otra vez el espíritu vivo. Y los nudillos que me duelen. Y el murmullo del viento que siempre estará conmigo, que es mi mantra y mi música y mi tristeza etérea y el otoño que adoro porque no me molesta y trae cafés y más cigarrillos y más silencio para llenarlo de más viento. Somos una razón en nosotros mismos, conciencia mía. Un loop de sin sentido que es el único sentido. Te acepto. Me acepto. Alejandro es Lejano Dar. Nací para volver a otro útero, más verdadero, donde éste corazón flota en un pequeño mar amniótico. Amada Buenos Aires, mi hermosa soledad respira entre otras millones de hermosas soledades, secretas, desde las que otros solitarios contemplan todo, incluyendo algún día saberse ellos también hermosos, ungidos, tan bellamente estoicos, tan cálidos, amados por las hojas secas. No creo saber elegir entre vida y azufre, pero entre verdad y vida, elegí verdad. Entonces dame sólo tu mano intangible, porque estoy bien así, estando más allá del tacto, siendo sólo un pequeño sonido a lo sordo, apenas una cajita de música que alguien cada tanto abre cuando se siente triste por no saber vivir ni morir, ni salvar ni ser salvado.

sábado, 26 de febrero de 2011

El sueño de la casa dorada

 
Buk otra vez, y… es que nadie encuentra nunca a quien busca? Toda mi mente es un insecto al que tolero porque me habla. Ansiedad. Y hay sectores de mí que se resisten a ser deformados, viste? Necesito deformarme para escribir algo, necesito escribir algo para bajar la ansiedad, necesito bajar la ansiedad para sentirme tranquilo, necesito sentirme tranquilo para poder dejar de dar pasos en falso, necesito dejar de dar pasos en falso para llegar a alguna parte. No tengo fiebre. Tu mano está caliente, no mi frente. Si sigo esperando voy a empezar a ver números en el reloj de pared que no existe. Sí, es un lindo reloj. Suizo. Y tu mamá… ah… tu mamá. Me pidió que desconectase la alarma de la casa, que desayune con ella… Y yo acepté porque pensé que quizás fuese una buena excusa para poder luego acompañarte hasta el colegio. Tu casa como un laberinto. Yo lo recorro con una sonrisa, buscando tu ropa interior usada. Las paredes doradas me dejan ciego. Las voy palpando, abusando de mi intuición. Un minotauro como una mosca obnubilada.  Sigo el aroma del café (tu hermana debe de estar preparándolo en alguna cocina rústica, en las profundidades de mi alma, drogada y en camisón) y así, ciego, puedo sentir claramente mis dedos como jeringas cargadas del antídoto para la visión de estrellas lobotomizadas, para el síndrome del sueño desnudo. Pásenme en la radio alguna vez: quiero que amplifiquen mi tristeza. Por qué, por qué necesito sentirte para sentirme? Por qué todo mi dolor es trillado? Este mundo se hizo ya tan viejo que no hay un solo corazón capaz de un sentimiento niño. Y yo no tengo la culpa. Yo solamente me senté a esperar el día, a fumar, a leerte, a enamorarme y a dejar que me tape los ojos la eternidad. No comprendo REALIDAD, no comprendo LA RAZÓN. Lo siento, pero no me arrepiento de mí. Y si tu madre no me sirve el desayuno, las musas lo harán. Y a vos, reina de los pájaros, te he guardado una lágrima milenaria para dejarla caer en la punta de tu lengua la noche en que por fin sientas la sed verdadera.

domingo, 19 de diciembre de 2010

El Mal Mundo














-So a vampire can cry.
-Once, maybe twice in his own eternity.


http://www.goear.com/listen/86c7b81/adagio-for-strings-samuel-barber

Quienes viven en la feliz normalidad suelen considerar que el Mal Mundo es todo sombra y frialdad.
Y a las ciudades de la noche, y a la gente que se degrada dentro de sus muros, de la vida del exceso, que es la vía de la calamidad.
No sabría yo defender al Mal Mundo que a veces, en efecto, es turbio, y se puede llenar de sordidez, y saber crecer como ceniza en lo violento. Pero debo decir que quienes desconocen el Mal Mundo no sólo ignoran su oscuridad, sino también su extraña luz lunar y gótica, o, si pudiera decirlo así, su portentosa luz galáctica, fría en apariencia, hermosamente violeta, con la extrañeza del hielo y el temblor de la pureza, la limpidez de lo muy puro. El Mal Mundo es una rara catacumba poética. No es el reino de los padres, o los novios, que se adentran en la noche cada fin de semana. No lo es. Es un reino aparte. Una cosa salvaje. Un Mal Lugar, un Mal País.

sábado, 12 de junio de 2010

Gotas











hablame de los niños que nunca despiertan

de cómo un piano gotea

lentos sueños sobre sus frentes

miércoles, 2 de junio de 2010

Psycho

La psicóloga dice
que ella dibuja ojos
(eso es algo evidente)
y manos
(eso es algo más sutil)
porque tiene la necesidad
de que la miren
y la sientan

Pero yo digo
que ella
sólo es una excelente
decoradora de espejos

domingo, 9 de mayo de 2010

Hardcore Kindheitserinnerung

 Me tomo un cóctel de nicotina – cafeína – azúcar, preparado en una inocua moulinex edición aniversario, tonos pasteles.

Usá tu ilusión, usá tus ilusiones, lo repito como un mantra.

Rezá por mí.
Me voy al desierto.
A buscar la cabeza que perdí.
Y al healer imposible que me imponga sus manos.
A la mujer que me siga amando después de que me tire a su hermanita menor.
Había un contenedor de basura.
En 1965.
Adentro, un brazo y una cabeza.
No era la mía.

Han caído cortezas de mí. Imperios han venido y desaparecido.

So goodbye to you, girl.
So long, farewell.
I can´t hear you crying.
Your jivin´s been hell.

Más tarde, en 1982, las mujeres son algo así como una iglesia. Sólo que a veces hay risa. También está Pablo mirándome con toda la maldad de sus ocho años (y yo tenía cuatro), diciéndome: vos sos un GIL, gil de goma. Bien, más tarde lo mataría. Soñaba con ácido de baterías desintegrando un auto negro antiguo. Chorreaba desde un robot infernal que, sin embargo, se sentaba en un trono en el cielo. Dentro del auto una mujer desnuda, salvo por su imponente tapado de piel, escuchaba la radio y sentía ganas de… de… bueno, de cagar.

Todo esto pasó. Pasaba bastante a menudo. Tan a menudo como me miraba en el espejo la cicatriz de la panza. En ese momento era descomunal. Hoy es sólo un leve factor de distanciamiento entre alguna estúpida y yo. No demasiadas personas soportan la visión de tejido muerto.

Había un contenedor de basura. En 1965. Adentro, un brazo y una cabeza. No era la mía.
Desde el fondo de la inmundicia, alguien gritaba: “get the money, motherfucker,  ´cause I got no more patience”.

miércoles, 14 de abril de 2010

Estrellas

No tengo tiempo. Me perdí en el tiempo.
El Dios se llama Abraxas.
Pan de Tristeza.
Tu perfume es algo que revuelvo con el té.
La alfombra está estrellada, estrellada, estrellada.
La Fe y la Belleza de una Virgen de las Rocas.
Yo la dibujo y la alfombra.
Aire (los dragones no han nacido para ser abrazados).
Toda la Lluvia.
Vos estás, simplemente estás y sos una carta y la luna. Tus lágrimas el arcano que me revela la vida. Estás estando, entre ratoncitos grises que suelen coronarte con hojitas y pétalos marchitos, como una infanta heredera del cielo refugiada en subterráneos. Jugando a taparle los ojos a la eternidad. Tus realidades, sótanos de realidades, y el miedo que nace. Sí, como Venus nace.
Mirando el techo como quien mira el cielo buscando la estrella más linda hecha con los vidrios menos rotos. La estrella más linda de una noche cualquiera diferente a la mía. Hubo que pintarlas, al fin, por piedad o por jugar. Bellezas tibias sobre el cielorraso descascarado. Y entonces las contás una vez, y otra vez, y otra, y para siempre, para no morir, y hasta para mí, cantándome bajito al oído esa canción de cuna:

¿Cuántas estrellas hay solas?
¿Y cuántas de ellas son tuyas?

miércoles, 21 de octubre de 2009

Plegaria para el paranoico

la lluvia no es regida por la nada
–piensa
hay dioses ocultos
y está tu amor también
y en los hospitales pacientes
y ciertas puertas, ciertas ventanas
son veladas
médicas orgías
fluídos lenguas agujas
una lluvia sexuada

(suspiro)

hay alguien aquí
mi rostro aluniza
en la petaca vacía
debajo de la cama
dónde la bebida pura,
el tacto y el acto
liquidan mi conciencia

domingo, 27 de septiembre de 2009

El mal vino y la luz

Te lo dije en secreto: no tenés madre. Sentido sin sentimiento. Y lloraste y temblaste para el deleite de los cisnes que te miraban embelesados envidiando tu fragilidad. Pendeja. Las paredes chorreaban miel. Querías una demostración de poder, y tras no dejar rastro de nieve te pusiste a invocar antiguos demonios de cabello cano y ojos grises. Ojos de bebé. Me rezaste que te mienta y te dije que no te amaba. Los cisnes, ahora perplejos (todo se volvió muy dulce) se masturbaban cansinamente. Uno de los demonios, el Pederasta de Oriente, se acariciaba la barbilla, quizás rememorando una noche de niña poseída en Ciudad del Cabo, y estoy seguro de que a él también lo mecía la nostalgia, la tristeza furiosa, la mecánica de la existencia. Entonces cerraste los ojos apretando los párpados, deseando tiniebla enamorada, esfumando todo a negro reluciente, y los cisnes se volvieron chispas ridículas, y los demonios abuelos recién muertos, y yo apenas un jirón del cielo sin estrellas de tu niñez inventada con la luna temblando en Acuario. Tango sin madre. Tango eterno, lloroso, insulso. Me rezaste de nuevo, arrodillada y ciega, por una lúbrica cruz que cargar. Y sólo se abrió tu sexo cuando te dije que así te hacías bella, con esas estúpidas grietas, con la culpa sin nombre, con el mal vino, y la luz.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Mousse

Me extrañabas con las tormentas. Y allá en tu pueblo me extrañabas. Yo acostumbraba a pintarme los párpados con algún remedio para la arena que no vuela, a pensar en ángeles y chocolates, a tomarme el tren de las 11. Intentaba hacerte alguna cosquilla. Después todo se pudrió como un delirio en un loquero, es decir, se hizo fuerte. Entonces te fuiste de mí y de mis calles, y yo tuve medio sueño con una prostituta virgen que me enamoraba con mimos y sin sexo. No eras vos. Vos eras la del otro sueño, la desnudez de un único collar con lágrima de metal arrancada de mi niñez en la playa perdida. Lejana. No-vida. Apagada ya, para darle lugar a éste paño de póker desganado, a éste montón de cáscaras de manzanas prohibidas. En fin, en un rato va a pasar el tren. Y lo voy a ir a esperar, para dejarlo, nomás, que pase, y después sentarme en el puente, tranquilo, recién ahorcado, a buscar las huellas de tu felicidad.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Sangre

Oh, mismísima mierda. Vos jugá. Jugá por jugar, está ok para mí. Create una estrella a la medida de tu ego, repartí blasones celestes con tu efigie para que todos tus acólitos los cuelguen de su balcón. Jugá, prestidigitá mentiras como jazmines para maestras de primer grado, mostrales tu nada misteriosa, que todos caben en tu pulgar. Pero no juegues conmigo, porque jugás con fuego. ¿Vamos a hacer el amor levitando? Todo puede ser una gran cacería. Allá donde las cabras remontan el silencio, a una altura a la que jamás ascendiste, nace el manantial de mi sangre. La misma que ingenuamente pretendés beberte embotellada e inocua, como si yo fuese solamente un niño puro y virgen de esos que compulsivamente le sacrificás a tu diosa en el té de las cinco. ¿Y eso es toda tu belleza? Espero que tu amor contenga menos que eso. Y espero que nadie te envenene el pastel. Y que también tengas lágrimas niñas y dejes de llorar lentejuelas. Yo te espero, más no juegues conmigo tu as de trébol al vacío. Porque jugás con fuego. Es tan divertido…

Jugo de ceniza

Ayuno del fuego en mi estómago, miro un poco hacia afuera, a través mi ventana sucia, y todo se ve calmo y estúpido. Estúpidas calles, estúpido colectivo y mecanismo exacto, complejo, ingenioso, para que llegue a tiempo quien no va a ninguna parte. Es violento. Yo me quedo aquí para siempre. Bueno, los miércoles voy al psicoloco. Y vendrá un amigo alguna que otra tarde, e intentará podar las enredaderas. No mencionará nada acerca de lo sucio que llevo el pelo ni de que mi piano está muerto de frío y pide caricias. No es que no pueda ser adulto. Es que estoy triste por algo que me pasó alguna vez y qué se yo qué fue. Me gustan algunos collages ígneos, y esa poesía de Paul Eluard, y el mito de la chica artie. Pero no creo en ellos, es decir, fue hace mucho tiempo…
A veces puedo cantar un poco de verdad, cantarle al silencio, casi arroparme con esos despojos. Ya no saldré, lo juro. Se acabó. Siento vergüenza de éste cuerpo, de ésta vidita llena de evidencia. De la obviedad: no soy el sueño de nadie.

viernes, 31 de julio de 2009

Una noche en la barca

Comprame un trago y contame todo de tu carita de nene lindo. No sabés una sola cosa de la vida, ojitos celestes. El sol no me ama, y es fácil llorar. Escribí una carta. No tenés el dinero, nene lindo. Devolver al remitente. Dejalo sangrar, coca y piedad. Buscá un sacerdote con labios más gruesos que los tuyos. Oh, mi sonrisa distorsionada. Yo hablo del sol de la noche. Hay una fiesta en la superficie. Yo hablo de desnudez. Qué carita la tuya, pobrecito, mi nenito llorón. Qué sabés del dolor, qué sabe tu aguijón? Te hago un nudo de viento en el alma. Olvidate de tu garganta, mejor. No olvides tu vodka. No olvides tu precio. Éstas tetas viejas tienen un precio. Asomate a la barricada. Hay una guerra de la que no sabés nada y tarde o temprano se te meterá el fuego por la nariz, bonito. Una nana para que sueñes, gratis, que más da, después de todo, ojitos celestes, lo más preciado siempre se parecerá a la rosa de cobre.


Caronte, más allá de Plutón, junto al lago

martes, 9 de septiembre de 2008

Madrigal y Escena de Amor

      Y no voy a soportar desaparecer. Soy tan fuerte. Es sólo amor: la tierra bajo sus pies. El centro del silencio. El sexo de los santos. El amor de los suicidas.
 
      Me desperté junto a ella. Se levantó, y sus ojeras eran tan profundas…
 
      “Tenemos que pensar adónde vamos a ir”.
 
      No podría esconderme de mí mismo.
      La esencia, la esencia del dolor del mundo, del universo frío, del dolor de Dios. Allí estoy siempre, amor. Destrozado amor. Con furia.
       
      Jamás me habían clavado ojos como alfileres, dulce hermana que nunca tuve, alejada para siempre. No me iré con vos.
     Me sonríe desde el baño mientras hace pis, y no es mórbida, conoce la tibieza de la mañana. Está adorando cada rayo de sol mientras termino de hacerme una idea de qué es el viento. Somos ese cuchillo de claridades, los dos. Dañinos y enamorados, un soplo de sentido para un sufrimiento sólo palpado por las manos de ángeles insignificantes. 
     Y esto les parece romántico, nunca lo ven cuando estás jodido, creen que solamente sos libre y que no comés. El dolor más profundo y el miedo más aterrador son hermosos cuando están en una canción, una película. Ellos no nos salvarán, amor, no pueden hacerlo.
 
    “Llorá sin gemir.”
 
      Es que el silencio es demasiado sobrecogedor. He tenido visiones del tiempo, el metal, y las palabras que calla una boca de oro. La vida, desde la nada, acelera, y querré pisar los vidrios rotos. Me abrazo, acurrucado en posición fetal. Soy tan fuerte… por qué no desaparezco de una vez? Por qué no se acaba la eternidad?


      Ha preparado el café y ya no está desnuda. Está bien, está rico y su amor existe. Va quedando poco que decir, ya nos vamos. La mañana en la ciudad es verdaderamente bella si no tenés adónde llegar y te queda un cigarrillo. Ah, ella verá los aerosoles, las musas y las flores. La sangre, al fin. Y yo, mientras la veo irse y me quedo, fumando, esperando el colectivo, soy un tango nunca escrito.

domingo, 1 de junio de 2008

TRES AGUJAS




“Y te daré una flor antes que un Decadrón
oh mi amor, estoy tranquilo pero herido”
Fito Páez “Tres agujas”

I
Otra vez tengo diecisésis años. Una y otra vez. Otra vez estoy enamorando a alguien. Y pretendo tratar de enamorarme aunque sepa bien que ésta aventura no puede tener otro destino que tu corazón roto y mi cerebro saliendo mentirosamente impune.
II
Ahora tengo diecinueve, veinte y veintiuno, y quiero, deseo, otra estancia en el paraíso terrenal que habíamos edificado en varios puntos de Buenos Aires. Quiero tu virginidad, quiero tu sangre. Quiero llegar temprano, esperarte con ventaja, con astucia. Quiero ponerte, con semanas de diferencia a lo sumo, azúcar en las heridas. Tu amor me enseñó cómo ser de verdad dios de mi paraíso, demonio de mis abismos. Y del otro, del edén, a veces venía Dios y nos expulsaba.
III
Cumplía mis veintidós en noviembre, y tus catorce salidos de agosto se me representaban inmejorables. No supongo que estoy por sufrir una tristeza superior. Me estás besando, angelito! Esto no es un juego, estamos atrapados!
Vago por toda la tierra, vago por tu barrio. Soy ahora el Errante.
IV – I
El ímpetu con el que amás esto actúa como un derivado de morfina. A veces me calma un dolor que no puede ser calmado si no es con una droga inexistentemente, imposiblemente específica.
A veces, colateralmente, me alucina.
V – II
Putearte, eso es lo que tengo que hacer. Arrinconarte públicamente en un café y desarmarte, que todos sepan a través de mis mesiánicos alaridos, cuánto odio en qué te convertiste y cuán jodida, ardua e insoportable es mi vida a causa de ello.
Cada tanto, tengo un sueño con vos todavía. Si lo acepto, inevitablemente, sigo amándote.
VI – III
Emma Zunz es el único cuento de Borges que me pega un cross en la mandíbula. Es el único cuento de Borges que me gusta. Me diste una idea. Las flores que te compré van para el altar de mamá Oscuridad.
VII – I
El Inmortal es el único cuento de Borges que me duerme y me despierta todo el tiempo. Es el único cuento de Borges que me gusta. Me pregunto si sabrás lo que provoca en una conciencia parecida a la mía el acto de penetrar a una pequeña (al menos en tamaño) mujer virgen. Ella grita, el dolor es real y aterrador. Y vos terminás, te incorporás, te apartás, y llorás silenciosamente. Aprendiste a ser dañino. La próxima vez, quizás no se te para tan fácilmente.
VIII – II
Ternura y timidez. Impulso, bajón. Te llamo y dejo que me cuentes tus trivialidades hirientes. Soy un adicto a esos estremecimientos. Sedado en la bahía del ángel regurgito todos tus besos y voy hasta el acantilado, hasta el borde, a inmolarme. Van cuatro o cinco veces que no lo hago.
IX – III
Para vos, poesía no basta. Universos de palabras absolutas empiezan a estancarse en arroyos de mierda. Es MI mierda, yo la cagué. No te metas con ella por favor. Sos demasiado dulce, es demasiado tu amor para la tierra. Es mejor si lo sigo pensando en la luna mientras ponés “parachutes” otra vez. Adagio, pero fortíssimo.

X – I
Te quiero, a pesar de lo que diga.

XI – II
Te quiero, a pesar de lo que haga.

XII – III
Te quiero, a pesar de que te quiera.


lunes, 5 de mayo de 2008

Isolation 2005

5/6/05

Desencuentro, soledad, aislamiento. La calma llega cuando menos se la espera, y casi nunca a la noche. Una película porno. Una belleza inexplicable y fría. Helada. No llamaste. Mi música fracasa. Mi mente fracasa, mi corazón no me basta. Una decisión impulsiva. La llave gira, la calle, otra vez, de noche. El frío, mi caminar, los Beatles, la avenida. Desencuentro hasta conmigo. Frío. La Belleza Helada.
Estación de servicio. Café. Revista. Mi mente. Quiero fumar. Tenés cigarrillos sueltos? No. Uh… dame un Philips de diez. Un policía. Querés un cigarrillo, pibe? Sí, gracias. Bromea con algo. No escucho. Me río igual. Chau, gracias…
La canción fracasa. Do menor. No llamaste. Tenés tu mundo y yo el mío. ¿Qué pasa? ¿Por qué no entiendo? Que te enseñen a perder. “Me pregunto en qué pensaban cuando estaban por coger.” Otra vez, la belleza helada.
Tu casa, amarilla. Tu habitación dibujada. La guitarra que no sabe tocar nadie. Canto “Antes de gira”. Es tuyo? Sí. Miento. Y no quería mentir.
Es tarde, te abro. Chau, Ale. Chau. El frío. Emocionado, camino. Tu belleza. Un sol neutro. Helada. Digital. Sigo sin entender. Hoy es siempre ayer. Mañana llega y a grabar. Apenas llego a dibujar el cristal, con el humo...